El Vaticano afirma que Tintin no es gay
Hablar de la condición sexual de un personaje de comic no parece que
sea un tema demasiado fascinante, pero curiosamente se ha convertido en
algo importante. Nada menos que el periódico oficial del Vaticano ha
sentido la necesidad de aclarar que Tintín no es gay.
Los motivos son evidentes. Tintín es un héroe un modelo para muchos
niños y es en la infancia donde la iglesia tiene especial interés por
adoctrinar para superar desde la infancia el espíritu crítico y el vicio
a razonar de los adultos. Por lo tanto, la condición sexual de Tintín
tiene un valor estratégico para El Vaticano en el contexto educativo por
lo que tiene de icono o modelo para muchos jóvenes.
A lo largo de la larga y cuidada serie de comics de Hergé, Tintín
aparece como un personaje perfectamente asexual, y en esos cómics no hay
nada en favor o en contra de los postulados de la iglesia, pero es que
esa era precisamente la herencia cultural con la cual la iglesia
impregnó los valores sociales de la época. El sexo era un tema tabú,
algo feo y vergonzoso, y su práctica se asumía como algo reservado para
lleva a cabo a oscuras en la intimidad del matrimonio. Eso es lo que
reflejan los cómics de Tintín.
La moralidad cristiana ha ido evolucionando pero la desconexión del
Vaticano con la sociedad no hace otra cosa sino aumentar y eso ha
llevado a acrecentar la beligerancia del impulso retrógrado de la
iglesia para no perder sus signos de identidad. ¿Que Tintín es gay? ¡Qué
horror! Una idea diabólica, habrán pensado, pero que estén tranquilos,
Tintín no era gay, solo era una víctima más de la moral retrógrada y
profundamente machista de la época, que venía impuesta desde la iglesia.
Muestra de ese machismo en la serie de Tintín es la ausencia de
personajes femeninos, y para un personaje femenino que usó, recurrió a
la repulsiva Bianca Castafiore. Pero para mí resulta evidente que ese
machismo y esa misoginia no son más que el reflejo de una moralidad de
una época donde la iglesia tenía el control monopólico sobre la ética y
la moralidad de toda la sociedad. Se achaca por ello a Hergé de ser un
integrista católico, y de usar esas artimañas para evitar cualquier
referencia sexual por leve que sea en unas obras que estaban destinadas a
los niños, pero en lo referente a la educación sexual infantil, era
toda la sociedad la que participaba de este integrismo católico. Ninguna
persona medianamente culta y con una posición social acorde a un status
medianamente tenido por digno, podía tolerar la contaminación de las
mentes infantiles con informaciones pecaminosas tales como cualquier
cosa por nimia que fuera referida al sexo.
Dicho de otra forma, para los valores de la época un simple romance
de Tintín con alguna mujer y la fuerte controversia estaba asegurada.
Simplemente si Tchang, un personaje al cual Tintín salva, hubiera sido
una mujer, la hipócrita moralidad machista de la época, probablemente
habría hecho fracasar el éxito de la serie. La única referencia que
tenían los niños pequeños acerca del sexo era cuando se miraban
mutuamente y comparaban sus partes íntimas, cosa que había que evitar
para no dar lugar a preguntas incómodas.
Resulta lamentable decirlo, pero yo estoy convencido de que el éxito
de estos cómics de Hergé no vino solo de su innegable talento, sino de
aquello que hoy le reprochamos: Su machismo, su misoginia. Esto
representaba su tácita conformidad con los valores morales de la época
que se consideraban muy saludables para la infancia.
Los tiempos cambian y las perspectivas cambian. Hergé aprendió
posiblemente de su primer comic algunos errores. “Tintín en el Congo”
(1930) cazaba animales indefensos animales. En este caso las críticas
recibidas fueron justas y acertadas. Ese error no lo volvió a cometer.
En el último volumen “Tintín y los Pícaros” (1975), el alcoholismo del
Capitán Haddock tuvo que ser remediado mediante un invento del profesor
Silvestre Tornasol que le convirtió en intolerante al alcohol. Esto
indica que tenía una sensibilidad a la crítica. Hergé murió el 3 de
marzo de 1983, a los 75 años dejando inacabada la vigesimo cuarta
aventura de Tintín, “Tintín y el Arte-Alfa”. Yo dudo que en su época
nadie le hiciera excesivos reproches a las cosas que hoy se le critican.
Esas críticas seguramente le llegaron al final, ya con muchos años
encima, y o no tuvo voluntad, o no tuvo ocasión de planteárselas
seriamente. En algunos temas ligados a la religión resulta si cabe más
difícil cambiar y evolucionar con los nuevos tiempos cuando la iglesia
no lo hace..
Hergé para mí fue una víctima más de la educación retrógrada de su
época. Sin quitar la responsabilidad a nadie, para mí los verdaderos
culpables son otros, y lo peor de todo es que siguen ejerciendo y
coaccionando a la sociedad desde su enorme poder para que esta entienda
la moral desde una perspectiva retrógrada donde muchos derechos humanos
son pisoteados en nombre de un Dios bastante absurdo.
Los tiempos cambian y las perspectivas cambian. (Afortunadamente)
http://www.ciberdroide.com/wordpress/el-vaticano-afirma-que-tintin-no-es-gay/
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