- Marqués (como el Divino* lo eres), te saludo.
- Es el otoño y vengo de un Versalles doliente.
- Había mucho frío y erraba vulgar gente.
- El chorro de agua de Verlaine estaba mudo.
- Me quedé pensativo ante un mármol desnudo,
- cuando vi una paloma que pasó de repente,
- y por caso de cerebración inconsciente
- pensé en ti. Toda exégesis en este caso eludo.
- Versalles otoñal; una paloma; un lindo
- mármol; un vulgo errante, municipal y espeso;
- anteriores lecturas de tus sutiles prosas;
- la reciente impresión de tus triunfos... prescindo
- de más detalles para explicarte por eso
- cómo, autumnal, te envío este ramo de rosas.
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- * Marqués (como el Divino* lo eres)= SE REFIERE AL DIVINO MARQUÉS, SOLO Y UNICAMENTE, EL MARQUÉS DE SADE ERA APODADO Y CONOCIDO COMO EL DIVINO MARQUÉS.
Que las palabras nunca hagan daño, que las palabras solo sirvan para comunicar, para unir y no separar, que las palabras solo sean instrumento de amor, es decir, de unión, de empatía...........
domingo, 30 de noviembre de 2014
Soneto de Rubén Darío para novelas de Valle-Inclán
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